Monumento a HERNÁN CORTÉS.
En el ámbito de reformas urbanísticas promovidas por el alcalde D. Juan Damián de Tena y Moreno, a finales del siglo XIX, se retoma la iniciativa de levantar un monumento a Hernán Cortés; iniciativa que había fracasado a mediados de ese siglo. Como primer paso se expropian varias casas para crear la Plaza de Hernán Cortés.
Con la colaboración económica de algún particular, de la Diputación Provincial de Badajoz, numerosos ayuntamientos extremeños, el Congreso, el Senado y la Reina Regente, entre otros, se contrató el 20 de Febrero de 1889 la obra con el escultor Eduardo Barrón González, por un importe de 62.772 ptas. En esta suscripción popular, el municipio de Medellín desembolsó 30.000 pts.
Eduardo Barrón inicia el monumento en febrero de 1889. La Junta de la
Academia de San Fernando aprueba el proyecto, igual que el propio
Ayuntamiento de Medellín, con quien formaliza el contrato el 20 de
febrero de 1889.
Cuando la obra estuvo terminada la Reina Madre visitó el taller del artista y quedó tan admirada de la obra que nombró a E. Barrón "Caballero de Carlos III". La obra se fundió en la empresa Federico Masriera de Barcelona en 1890, su peso es de 3.193 kilogramos, se comenzó la fundición el 2 de abril de 1890 y se terminó el 28 de mayo de ese mismo año. Su coste fue de 10.280 pesetas, aportando el bronce el entonces Diputado al Congreso Groizard, a partir de viejos cañones de guerra. La escultura tiene 3 metros de altura, 4 metros con la bandera pabellón y 8 metros contando el pedestal. BARRÓN CASANOVA, Eduardo (1984): Un escultor olvidado. Imprenta Villena, Madrid. |
El 13 de Abril de 1890 se procedió a la bendición y colocación de la primera piedra del pedestal, realizado en piedra de Novelda. El sitio elegido fue el centro de la plaza, a escasos metros del lugar que ocupara la casa natal de Hernán Cortés.
El 11 de noviembre llegó por ferrocarril la estatua de bronce y el conjunto escultórico, de cinco toneladas, procedente de la fundición de Federico Masriera de Barcelona. Tras los avatares de hundimiento de algunos de los más de treinta carros -tirados por bueyes- que transportaban el conjunto escultórico a la villa, el día 16 fue colocada en su actual emplazamiento. El 2 de Diciembre de ese mismo año, de 1890, aniversario de la muerte de Cortés, se inauguró el citado monumento.
La estatua está rodeada por dos cabezas de león unidas por una barra, en cada uno de los lados del pedestal. Sobre ellas cuatro cartelas, también de bronce, con los nombres de las cuatro batallas más importantes de la conquista de Méjico. Otumba, Tlascala, Tabasco y Méjico.
En el frontal del pedestal aparece un escudo de Medellín y la dedicatoria. "A HERNÁN CORTÉS. AÑO MDCCCXC".
Lo más importante del monumento, como no podía ser de otra manera, es la estatua de Hernán Cortés, concebida con fuerza y sencillez. La obra escultórica presenta a Cortés en traje militar, sosteniendo el estandarte de Castilla y el cetro de mando, y teniendo bajo sus pies trozos de altares e ídolos aztecas.
El espíritu romántico y nacionalista, característico de finales del siglo XIX, describió así este este monumento:
"La figura del héroe es colosal, de más de tres metros de altura, contando el pabellón en que se apoya, y representa al conquistador en el apogeo de su virilidad, en aquellos años que fueron áureos de su vida, en que desbeló a los aztecas: viste cortés traje de campaña borgoñona con airoso plumero, bruñido peto, espaldas y gola, articulados brazos, guanteletes, quijotas y botas de montar, a las cuales se hallan adheridas las espuelas; ciñe larga y lucida espada: en su diestra empuña a fuer de cetro la insignia de su mando, y con la siniestra sostiene el pendón que corona la insignia cristiana, y blasona con bordados castillos y leones el escudo de España, enclavado sobre las vastas ruinas del imperio más poderoso del Nuevo Mundo..."
Fragmento publicado en "La Ilustración Católica", con motivo de la inauguración del monumento.
A pocos metros de la estatua, en el lugar que ocupó su casa, se colocó un sencillo monumento con su escudo de armas y la piedra que sirviera de dintel de entrada a su casa.
Imagen del Monumento y la Plaza de Hernán Cortés a finales de la década de los '80.
HERNÁN CORTÉS EN EL TALLER DE EDUARDO BARRÓN
Y FOTOGRAFÍA DEL MONUMENTO
Fotografías de la obra publicada por un hijo del escultor.
BARRÓN CASANOVA, Eduardo. Un escultor olvidado. Madrid: Imprenta Villena, 1977