Medellín tartesio: CONISTURGIS

En el primer milenio antes de nuestra era el territorio extremeño entra en la esfera de influencia del reino de Tartesos. Esta cultura, que poseía un gran dominio de la minería, comerciaba con los fenicios (asentados en Cádiz desde el s. VIII a. C.). Ese comercio hizo posible una fluida relación con los pueblos del Mediterráneo Oriental (fenicios y griegos), que se manifestó en una influencia en los pueblos hispanos. A esta época se le conoce Período Orientalizante, y entre sus aportaciones culturales destacan: el uso del torno alfarero, la incineración en urnas, la orfebrería del oro, la imitación de los motivos orientales o la introducción de la escritura.

"Conisturgis es el nombre de una población prerromana asentada desde el siglo VII a.C. en el estratégico cerro del Castillo de Medellín. Las excavaciones arqueológicas han documentado que ocupaba unas 15 ha. bajo el Cerro del Castillo y parte de la población actual, con ricas necrópolis situadas en las huertas inundadas periódicamente por el Guadiana. En ellas han aparecido numerosos objetos conservados en el Museo de Badajoz y en el Museo Arqueológico Nacional, como joyas, escarabeos, cerámicas y marfiles tartesios y vasos fenicios y griegos, como una magnífica copa ática del ceramista Eucheiros, pintada hacia el 560 a.C. por un artista que se ha identificado como “Pintor de Medellín”.

Según los geógrafos griegos Herodoto (IV,49,3) y Estrabón (III,2,2), Conisturgis era el último núcleo urbano de Occidente. Su nombre indica que fue la capital de los Conios, último pueblo antes de los Celtas que habitaban el extremo Occidente, desde las tierras montuosas de Extremadura y la Meseta hasta el Atlántico.

Conisturgis fue una floreciente ciudad tartesia, fundada probablemente por gentes de Carmo (Carmona, Sevilla), para controlar un importante paso del río Guadiana y las feraces Vegas Altas. Era un importante cruce de la vía que por el Guadiana atravesaba la Península Ibérica desde la desembocadura del Tajo hasta el Mediterráneo y la Vía de la Plata, que desde Cádiz llegaba al Cantábrico por las ricas regiones mineras y ganaderas del Occidente de España.

Se sabe muy poco de la vida y la evolución de la ciudad. Debió estar regida por un monarca cuyo palacio se situaría en el actual Cerro del Castillo y pudo alcanzar más de 1500 habitantes en los momentos de mayor desarrollo, con un territorio que abarcaría todas las tierras que se divisan desde el Castillo. Su actividad se basaba en la agricultura y la ganadería, pues en las excavaciones ha aparecido un catajamones del siglo VI a.C., pero también tenían hornos y actividades metalúrgicas y sería un importante centro comercial.

La importancia estratégica de Conisturgis-Medellín hace que se haya visto implicada en todas las guerras desde la Antigüedad. Como principal ciudad tartesia en Extremadura, fue la avanzada para relacionarse y defenderse de Lusitanos y Celtas, que vivían al norte del Tajo y en la Meseta. En la II Guerra Púnica, a fines del siglo III a.C., sabemos que en ella estuvo el ejército de Aníbal al mando del general Magón (Polibio X,7,4; Livio XXVI,20,6). Roma la convirtió en la primera línea defensiva en la cuenca del Guadiana en su lucha contra Vettones, Celtas y Lusitanos, quienes la conquistaron el 153 a.C. dirigidos por Cauceno (Apiano, Iberia 56-57). Fue la base de apoyo del gobernador romano Sulpicio Galba el 151 a.C. (Ap. Ib. 58) y de Serviliano el 141 a.C. en sus luchas contra los Lusitanos (Ap. Ib. 68). Finalmente, en las dura gueera entre Sertorio y Q. Metelo Pío, el 79-78 a.C., éste último cambió su denominación de Conisturgis por el de Caecilia Metellinum, del que procede el actual nombre de Medellín.

En resumen, Conisturgis fue la principal ciudad prerromana de Extremadura desde la colonización tartesia orientalizante del siglo VII a.C. hasta la Romanización, ya que tras la fundación de Augusta Emerita, ésta heredó su capitalidad política y económica sobre esta estratégica zona de Suroeste de Hispania."

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