Isabel II pasa por Medellín
ISABEL II EN MEDELLÍN.
Isabel II, Isabel Fernanda de Borbón (bautizada María Isabel Luisa); era hija del Rey Fernando VII y de su cuarta esposa, su sobrina María Cristina de Borbón-Dos Sicilias. Reinó en España entre 1833 y 1868.
En el año 1866 Isabel II atraviesa la provincia de Badajoz en un viaje por ferrocarril deteniéndose en varias estaciones de la provincia. El viaje se había programado como una muestra de cortesía de la casa Real Española a los Reyes de Portugal con motivo de la inauguración de la línea de ferrocarril Ciudad Real - Lisboa. A su paso por las ciudades y villas un numeroso gentío se agolpaba junto a las vías, cuenta en su crónica el periódico La España, de fecha 25 de diciembre de 1866, la siguiente anécdota:“
"Tras el paso del convoy del rio Guadalmez, tuvo lugar un suceso conmovedor, un padre de aspecto noble y venerable estaba arrodillado cerca de la vía, tenía a cada lado dos hijos de tierna edad y los cinco de rodillas, entrelazadas las manos, con la cabeza descubierta y en actitud digna ,y nobilísima, lloraban de ternura, sin pronunciar un ¡viva! Sin articular una palabra, embargados por la alegría y en un verdadero éxtasis de adoración. Dios sabe desde donde habría llevado aquel padre a sus hijos, para prestar tal homenaje a su Reina; para trasmitirles todos sus sentimientos, infundirles toda su lealtad y legarles con el recuerdo de aquel acto toda la inmensidad de su abnegación por su Soberana. ¡Dios solo pudiera sondear el abismo de amor de aquel corazón de padre, en aquella soledad y aquellos momentos, cuando de nadie esperaba aplauso ni recompensa!"
Posteriormente el tren pasó por Cabeza del Buey y luego llegó a Castuera, donde una gran multitud se encontraba en la estación arrodillada y con la cabeza descubierta, los andenes y sus inmediaciones se hallaban inundados por una muchedumbre que no dejaba de vitorear.
La reina vestía de elegante y vivo color de grosella, una nube de pañuelos y sombreros se agitaban a su paso y ¡vivas! atronadores contestaban a cada saludo de la reina, a cada movimiento de su pañuelo. Luego llegó a Campanario, largas filas de hombres y mujeres arrodillados se encontraban en su estación, pasaban de seiscientos, sentían verdadera adoración por su reina. Una banda de música la recibió e incluso se bajaron las campanas de la torre de la iglesia y se llevaron a la estación para que sonaran a su paso, tiraron también cohetes, pues todo les parecía poco.
Villanueva también le propició un gran recibimiento, la tarde del día 10 de diciembre de 1866, al llegar a Don Benito, con su pañuelo, la reina saludó a un gran gentío que se agolpaba en la estación, para homenajear a su majestad, por su condición de Camarera Real Honorífica subió al tren Doña Alberta Campuzano y Prieto, madre de Carlos García de Paredes (ajusticiado en 1905 por el famoso “Crimen de Don Benito”).
Cuando el tren se detuvo en Medellín, subió al tren Doña Ana de Biosca y Navarro, esposa del médico de la villa, acompañada por la mujer del boticario, Doña Ana le ofreció a la reina una toquilla tejida por ella misma y ésta le entregó su pañuelo.