LOS NUEVE ENTERRAMIENTOS DE HERNÁN CORTÉS

FOTOGRAFÍA ANÓNIMA, EXHUMACIÓN DE LOS RESTOS DE HERNÁN CORTÉS, 1946, AGN

LOS RESTOS “PERDIDOS” DE HERNÁN CORTÉS APARECEN 123 AÑOS DESPUÉS

 

 

            Presentamos a continuación una síntesis de los nueve enterramientos de Hernán Cortés, que muy posiblemente fueran diez. Para ello tomamos como base el magnífico resumen que hace, en su libro sobre el egregio metelinense, D. Francisco Pérez Aguilar1 concretamente en el capítulo titulado Muerte del Marqués del Valle y el largo deambular de sus restos. Acto seguido hemos de señalar que en ningún momento pudo ser enterrado, como fue su deseo y quedó plasmado en su testamento, en el monasterio de monjas que mandó hacer en la villa de Coyoacán, intitulado de la Concepción, de la Orden de San Francisco.

    Para ser precisos hemos de señalar que los restos mortales de Hernán Cortés nunca estuvieron perdidos, sin embargo, permanecieron escondidos a la humanidad, desde 1823 -fecha en que el profesor Lucas Alamán los exhuma in extremis y los esconde para evitar su destrucción-, hasta el mes de noviembre de 1946. (Cfr. séptimo y octavo enterramiento, en este mismo artículo).

      


 

 LOS NUEVE ENTERRAMIENTOS DE HERNÁN CORTÉS:

            Basado en el capítulo "Muerte del Marqués del Valle y el largo deambular de sus restos1en  PÉREZ AGUILAR, F., Breve introducción al estudio de la figura de Hernán Cortés y su conquista de México, Sevilla, Punto Rojo, 2020. pp. 68-72.

  • 1er Enterramiento. El domingo 4 de diciembre de 1547 a las cuatro de la tarde y con la autorización de su amigo, el poderoso Duque de Medina Sidonia, se inhumaron los restos del Marqués del Valle de Oaxaca en la cripta prevista para su enterramiento, en el monasterio de San Isidoro del Campo de Santiponce (Sevilla).
  • 2º.  En 1550 fallece el duque de Medina Sidonia, por tanto, hay que exhumar los restos de Cortés para que, en su lugar, en la cripta prevista para el duque, puedan ser inhumados los restos del mismo y los del Conquistador pasan a ser enterrados a los pies del altar de Santa Catalina, también conocido como retablo del Nazareno.
  • Posible 3er enterramiento: Existen noticias, solo de carácter oral y, que hasta el momento no han podido ser confirmadas documentalmente, de un tercer enterramiento de los restos del Marqués del Valle en la parte izquierda del pasillo existente antes del llamado Claustro de los Muertos, debido a unas obras que debieron ser realizadas en los aledaños del altar de Santa Catalina.
  • 3er enterramiento: En 1566 se llevó a cabo el traslado de los restos de H. Cortés a México, y dado que el monasterio de Coyoacán que había promovido no se había concluido, fueron depositados en la iglesia del monasterio de los RR.PP. franciscanos de la ciudad de Texcoco, junto a los de su madre Catalina Pizarro y los de sus hijos Luis y Catalina fallecidos púber en 1530 y 1531; aquí permanecieron por más de medio siglo.
  • 4º.  En 1629, con motivo del fallecimiento del cuarto Marqués del Valle, Pedro Cortés Ramírez determinaron transferir los restos de ambos a la iglesia de San Francisco de la capital. La ceremonia, realizada el 24 de febrero, revistió todo el boato propio de tales ocasiones con la presencia de todas las dignidades eclesiásticas y militares. Sus restos fueron depositados junto a los de su primera mujer: Catalina Suárez Marcaida que habían sido trasladados desde Culiacán.
  • 5o enterramiento: En 1716, la inhumación tuvo lugar en la capilla mayor de la misma iglesia de San Francisco de la capital, una vez su construcción estuvo concluida. Los restos se depositaron en el ábside, en una hornacina detrás del Sagrario con una inscripción que decía: Ferdinandi Cortés, ossa servatu hic famosa. (Aquí están guardados los huesos famosos de Hernán Cortés). Aquí descansaron sus restos durante 78 años.
  • 6o enterramiento: Siendo virrey de Nueva España D. Juan Vicente Güemes Pacheco de Padilla y Orcasitas, II conde de Revillagigedo, se dirigió al Barón de Santa Cruz de San Carlos, gobernador del estado de Oaxaca, solicitándole fondos para construir un sepulcro acorde con tan ilustre personaje. El requerimiento también fue enviado al descendiente de Cortés, Duque de Terranova y Monteleone, don Diego María Pignatelli quien sugirió se erigiesen dos sepulcros, uno para Cortés y otro para su nieto Pedro Cortés, idea que no fue bien acogida; por último, en 1792 se encargó a José del Mazo un túmulo funerario que estuviese a la altura del personaje el cual se realizó en jaspe verde. También se encargó al valenciano Manuel Tolsá, director de la Academia de San Carlos de México, un busto en bronce dorado. Un vaciado del mismo fue donado por el Conde de Monteleone al Archivo General de Indias en Sevilla. el 3 de julio de 1794 fueron, de nuevo, exhumados los restos y el día 8 de noviembre, finalmente, la urna se trasladó a la Iglesia de Jesús Nazareno, anexa al Hospital de Jesús. Fueron 29 años de tranquilidad.
  • 7o enterramiento: A principios del siglo XIX, en un contexto político altamente agitado y de pasiones incontroladas, el 16 de septiembre de 1823 el gobierno mexicano propone exhumar los restos de Cortés y enviarlos al quemadero de San Lázaro, noticia que hace entrar en escena a Lucas Alamán y Escalada (1792-1853), empresario, político, historiador y escritor novohispano. Miembro de una acaudalada familia que llegó a ocupar diferentes carteras ministeriales en los gobiernos mexicanos, también sería administrador del Hospital de Jesús Nazareno. De hecho, la misma noche del 15 de septiembre de 1823, "unos grupos de exaltados intentaron asaltar el Hospital de Jesús, para profanar la tumba de Cortés"2.

       Ante esta situación y las alarmantes noticias procedentes del Parlamento mexicano, Alamán decide actuar y en unión del capellán mayor del hospital, don Joaquín Canales sacaron los restos del mausoleo y los enterraron debajo de la tarima del altar del hospital de Jesús Nazareno, haciendo correr la voz de que los restos del extremeño habían sido enviados a sus descendientes en Palermo (Sicilia), junto al busto de Tolsá.

  • 8º.:  En ese lugar permanecerían hasta 1836. Ese año, con objeto de evitar los daños producidos por la humedad y ofrecer a sus restos un lugar mas digno, Alamán ordena abrir un nicho en el lado del Evangelio del mismo altar, sin referencia para localizarlo. No obstante, Alamán debió pensar que si por cualquier circunstancia falleciese, la tumba quedaría en secreto para siempre. Por eso decidió depositar una carta en la embajada de España en México indicando la exacta posición donde se encontraba los restos y, una copia le fue entregada a la Curia Metropolitana. En la Embajada decidieron guardar la carta en la caja fuerte de la misma permaneciendo como un secreto que cada embajador transmitía al siguiente, permaneciendo oculta para la ciudadanía durante 110 años.

     En 1946, al parecer, un alto cargo de la Embajada la sacó a la luz y el presidente de la República en el exilio, Indalecio Prieto decidió mandar una carta a los medios de comunicación proponiendo la reconciliación entre el pueblo mexicano y la figura de Cortés, objetivo por aquella fecha inalcanzable, pues el problema se encontraba muy enquistado. Fernando Baeza, un trotamundos español refugiado en México, consiguió hacerse con una copia de la carta de Alamán y acompañado del académico mexicano Alberto María Carreño exhumaron los restos una vez más, quedando los mismos a disposición del gobierno de Miguel Alemán Valdés.

    Los restos se exhuman el 24 de noviembre de 1946 y la prensa difunde la noticia tres dias después a todo el mundo. Antonio Guerra, en El Faro de Ceuta, de 4 de marzo de 2019, lo resume así:

   "En 1946, Fernando Baeza Martos, español exiliado en Méjico, y un cubano, Manuel Moreno Franginals, tuvieron conocimiento de dicho documento [el acta notarial, donde se certificaba el séptimo entierro], y lo comunicaron al llamado “Gobierno de la República Española en el exilio”. Y, tras haber obtenido permiso eclesiástico y gubernamental, el 24-11-1946, excavaron la tumba y encontraron la urna. El día 28 siguiente consiguieron autorización presidencial por la que se ponía la urna mortuoria bajo la protección del Instituto Nacional de Antropología e Historia, siendo abierta la misma, fueron encontrados los restos en la posición y características que fueron descritos en 1839 (sic). Después, el 9-07-1947 fueron “reinhumados” los restos de Cortés donde se encontraron y se puso sobre el muro de la iglesia una placa de bronce, de 1´26 por 0´85 metros, con el escudo de armas de Cortés, en esmalte, y llevando la inscripción: ”HERNÁN CORTÉS 1485-1547”. Este fue su noveno entierro."    

     Un artículo publicado el 7 de diciembre de 1946, de Miguel Castro Ruiz, en el Diario mexicano La Nación, califica la exhumación con el siguiente titular: "Exhumación de los restos de Cortés: bochornosa maniobra de refugiados..." 

     Matilde Muro Castillo, basándose en un Informe elaborado por D. Leonardo Gutiérrez-Colomer Sánchez, un farmacéutico montañés, miembro de la Real Academia de Farmacia, que viajaba con relativa frecuencia a México como investigador de la farmacopea natural mexica, y que hizo una gran amistad con Don Alberto María Carreño, Académico de las Reales Española y de la Historia -uno de los cuatro descrubridores del enterramiento de Cortés-; ofrece una descripción pormenorizada del "hallazgo", en noviembre de 1946. Cfr. Muro Castillo, Matilde (coord.). El Secreto. Hallazgo de las reliquias de Hernán Cortés... (págs. 138 y 155)2

  • 9º enterramiento: Una vez estudiados los restos de Cortés por un equipo de científicos que incluía médicos forenses, son nuevamente reinhumados, en el mismo lugar, el día 7 de julio de 1947, en el mismo lugar en que se sacaron ocho meses antes. Días antes de ese enterramiento, el Sr. Carreño declaró el deseo de se conserven en España algunos restos y "...reliquias de Hernán Cortés con motivo del hallazgo de sus restos en el templo de Jesús Nazareno el día veinticuatro de Noviembre de mil novecientos cuarenta y siete", especificando el contenido de la donación y, se encarga a D. Leonardo Gutiérrez-Colomer, su traída a España. (Cfr. Muro Castillo, M. Op. cit. pp. 201-206)

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1.  PÉREZ AGUILAR, Francisco. Breve introducción al estudio de la figura de Hernán Cortés y su conquista de México, Sevilla, Punto Rojo Libros S.L., 2020. pp. 68-72.

2. MURO CASTILLO, Matilde (coord..). El secreto. Hallazgo de reliquias de Hernán Cortés. Unión de Bibliófilos Extremeños (Colaboran: Junta de Extremadura, D. Provincial de Badajoz, Ayto. de Medellín y ARDOPA. Impresión y Encuadernación: Imprentas Tomás Rodríguez, Cáceres, 2023. Contiene: colofón y fotografías b. n. Papel Offset Edición de 100 t., encuadernación con hilo vegetal. 29.5 cm. 259 págs.

3. GONZÁLEZ OBREGÓN, Luis. Los restos de Hernán Cortés. Disertación Histórica y Documentada, por Luis González Obregón. Anales del Museo Nacional. Segunda época. Tomo III., Enero de 1906. pp. 

4.  MIRA CABALLOS, Esteban: "Noticias inéditas sobre los últimos años de vida de Hernán Cortés (1540-1547)", en Ars et sapientia: Revista de la asociación de amigos de la Real Academia de Extremadura de las letras y las artesNº. 30, 2009 (Ejemplar dedicado a: Lola Santiago Castelo), págs. 81-104

-- Hernán Cortés. Una biografía para el siglo XXI, Crítica, Barcelona, 2021. pp. 225-228.

5.  VÉLEZ, Ivan: "Hernán Cortés y las pericias de sus reliquias". El Catoblespas, nº 163. 2015. Revista Crítica del Presente, nº 163, sept.l 2015. http://nodulo.ort/ec/2015/n163p01.htm  [consultada el 25 de mayo de 2020].


© Tomás García Muñoz 
13 de agosto de 2023
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