Sube el telón en las Vegas Altas.

TRIBUNA. Diario Regional HOY (20/07/2014)

            Reproducimos en nuestro blog un artículo de la poeta extremeña Irene Sánchez Carrón, publicado en una pasada 'Tribunas' del Diario Regional HOY. Su indudable valor literario, junto a la relevancia cultural e histórica para nuestra Villa nos ha llevado a incluirlo en nuestro blog, de común acuerdo con la autora.

 

 SUBE EL TELÓN EN LAS VEGAS ALTAS.

 

                 "Cada vez que sube un telón, aquello que alguien ha sido capaz de imaginar se hace de carne y hueso y cobra vida frente a los ojos de los espectadores. Desde hace miles de años, cada vez que unos actores pisan un escenario y representan su función, el tiempo detiene por un momento su devenir frenético y la realidad contempla ensimismada los claroscuros de su rostro en el espejo del arte. La realidad, tantas veces implacable, se pone entre paréntesis y permite, en el breve espacio que dura la ficción, que las palabras nos diviertan, nos enseñen, se burlen de nosotros, nos rediman, nos emocionen, nos adoctrinen o nos hagan dudar de todo aquello que creíamos inamovible. Es el elixir del teatro, capaz de encumbrar sobre las tablas lo poco que en verdad sucedió, o el que, disuelto en nuestra sangre, nos hace soñar con todo lo que pudo haber sido y nunca fue.

                Este verano Extremadura celebra que el teatro romano de Medellín, sepultado durante siglos en la ladera del Cerro del Castillo, vuelve a abrir sus puertas al público. Es emocionante pensar que de nuevo, tras el largo silencio, los días 25, 26 y 27 de julio las voces de los actores, esta vez del siglo XXI, resonarán sobre las piedras que escucharon en su día otras historias en la lengua del imperio, y las gradas, construidas aprovechando la pendiente del terreno, volverán a recibir a los espectadores, los de ahora, tan ávidos de acción y de poesía como los de entonces, habitantes de unas vegas bendecidas con el don de la fertilidad, pujantes ahora como entonces, hermosas entonces como ahora.

                Todo hace presagiar que estamos ante una apuesta cultural segura que va a gozar de éxito y va a lograr afianzarse en nuestra comunidad autónoma. Además del atractivo que suponen tanto el propio monumento del teatro romano como el resto del patrimonio histórico de diversas épocas que podemos encontrar en Medellín, el emplazamiento, situado en el centro de las Vegas Altas del Guadiana, constituye un lugar idóneo para desarrollar una actividad cultural y turística de esta relevancia. A la pujanza demográfica y económica de la zona, con núcleos cercanos de población muy importantes en los que se respira la actividad agrícola y empresarial, hay que unir el atractivo de las zonas de recreo junto al río que ofrece la localidad, especialmente en verano, que ya de por sí atraen a numeroso público.

                Mientras comienza la función, Medellín duerme a los pies de su historia y sueña con los días gloriosos en los que dicen que pudo haber sido la gran Conisturgis, ciudad principal del reino de los conios, pueblo prerromano que ocupó parte del suroeste de la península ibérica. En su sueño, desde lo alto de alguna de las atalayas que la rodean –sierras de Enfrente, Remondo, Yelbes—, le parece ver llegar en la lejanía a las exhaustas legiones romanas, comandadas por Quinto Cecilio Metelo Pío. Al procónsul el viejo asentamiento de los conios le parece un buen lugar para quedarse y acampar, ya que se encuentra sobre una loma que puede ponerle sobre aviso de ataques por sorpresa, y junto a un río caudaloso de aguas lentas, vadeable en este punto. Se trata de un río al que ningún pueblo supo poner otro nombre que no fuera “río”. “Ana”, que al parecer significaba “río”, era como lo denominaron quienes habitaron la zona antes que los romanos, y “Wad”, que también significa “río”, seguido de “Ana”, fue como lo llamaron los árabes y lo llamamos nosotros ahora.

               Quinto Cecilio Metelo acabó marchándose para seguir con sus muchas contiendas y Metellinum quedó atrás, recostada junto al río al que todos llamaron “río”, contemplando con cierta indiferencia la polvareda que levantaron los soldados en su partida. Pero el emplazamiento del campamento, que había parecido idóneo para la guerra, fue también atractivo en tiempos de paz. De modo que, sometida Lusitania, algunos se quedaron a cultivar las tierras fértiles y a comerciar en una ruta transitada desde tiempos remotos. No faltaron tampoco los que quisieron venir a descansar y a sacudirse el polvo de las batallas en las parsimoniosas aguas del río Ana.     

              Medellín duerme, pero el sonido estridente de las armas ha venido a perturbar a menudo el sueño de sus piedras y sus gentes. Lusitanos contra conios, romanos contra lusitanos, árabes contra cristianos, franceses contra españoles, nacionales contra republicanos. Cada cual arrasó a su manera algo de lo mucho que poseía este enclave que a tantos dio refugio. Por eso, al pasear por Medellín sentimos que todo lo que queda son los restos que sobreviven de milagro a este cuento de ruido y furia que es la historia. El teatro romano es uno de esos milagros, sepultado bajo los escombros de los siglos y las guerras, que ahora abre los ojos. Sin duda, la mejor resurrección será que abra sus puertas y permita que el público se acomode de nuevo en la cávea, que suban los actores a ocupar la escena y que las únicas contiendas que despierten a Medellín a partir de ahora sean las que se libren en las funciones que están por representarse. Que suba el telón y empiece el espectáculo."

 © Irene Sánchez Carrón. 

'TRIBUNAS'. Diario Regional HOY: 20/07/2014

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TRIBUNA. Diario Regional HOY (20/07/2014)
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